Nuestros pensamientos están directamente relacionados con nuestras emociones. El típico bajón, la ansiedad o la depresión se retroalimenta de la importancia y frecuencia de pensamientos negativos que son directamente fruto del mismo.
Es un circulo vicioso muy difícil de romper pero se puede – ejerciendo la presencia:
Aprende a reconocer tus pensamientos más frecuentes – escríbelos y enuméralos. Por ejemplo: «Siempre es culpa mía», «El mundo va contra mi»…
Ver los pensamientos negativos frecuentes venir, ser consciente en el momento que aparecen y analizar la situación nos ayuda a tomar distancia y de quitarles influencia que ejercen sobre nosotros y nuestro estado de ánimo ese día, ese momento o en una situación especial.
¡Coge las riendas!
Estupendo post para empezar el año «cogiendo las riendas» de nuestra vida 🙂
Este año mas que nunca necesito coger las riendas. No tengo clara la dirección pero creo que lo primero será establecer objetivos.
Me gusta lo que dices. Un beso fuerte.
Espero que hayas empezado bien el año.