En 1989, a finales de la Guerra Fría, la Marina Estadounidense registró, por casualidad, un día rodeados de ballenas una voz muy distinta – un canto de ballena a 52 Hertz. Llamaba y llamaba pero nadie contestaba – nadie de su especie podía oírla.
El rango habitual del sonido de la ballena adulta es entre 15 y 20 Hz y no se sabe porque su canto es tan especial. Algunos dicen que nació con una malformación, otros creen que se trata de un híbrido de dos especies de ballenas y otros opinan que es el último ejemplar de una especie desconocida.
El océano es tan grande, tan oscuro, tan frío…
La ballena es – igual que el ser humano – un animal de manada, necesita relacionarse y convivir.
Todos nos acordamos como era ser niño – lo que pueden hacer niños a otros y siguen haciendo como adultos. Siempre buscamos formar parte de un grupo, ser aceptados e incluidos y la forma más fácil de conseguir eso es dejar a alguien fuera, apartar,… El argumento puede ser distinta ropa, distinto pelo, distinta voz…
La soledad involuntaria es tan grande, tan oscura, tan fría,…
Imagina no tener a nadie que te eche de menos.
“La Ballena 52”, a día de hoy, sigue vagando en solitario en el gran océano llamando y llamando – buscando y esperando… sola, muy sola…
Que gran verdad tu reflexión. Me encanta leerte Anna. 🙂
Muchas gracias – me has regalado la primera sonrisa hoy!
Pobre ballena de verdad que es una pena, saludos
Triste pero con un importante trasfondo para tener en cuenta.
Sí me convierto en ballena en la siguiente vida me voy con ella.
¿Cuantos años viven las ballenas? Es para ver si puede ser. 😉
Feliz fin de semana y gracias por compartir esta hermosa reflexión. 🙂
Qué penita la ballena solitaria a la fuerza. Sí, los niños y también los adultos a veces condenamos a otros a esa soledad. Es muy cruel, tienes toda la razón.
Precioso Anna. Absolutamente precioso
Respiro la sensibilidad y la belleza de las imágenes de tu blog…
Buen día
Muy bonita reflexión.
Reblogueó esto en Un curso vitaly comentado:
La exclusión social es una de las torturas mas lentas y crueles que existe. Sin embargo es la que pasa mas desapercibida. En el colegio nadie se fija en esos niños y niñas que parecen invisibles, solos, deambulan por el patio de recreo. Nadie cuenta con ellos cuando hay que hacer un grupo y, en las excursiones, solo les queda el solitario asiento, delante, junto al maestro.
Este es un hermoso homenaje a estos niños burbuja.
Maravilloso Anna, una delicia leerlo. 🙂
Pobre ballena, supongo que es difícil remediar que en el océano esto ocurra. Pero no es difícil hacerlo en nuestro entorno.
El ser humano es un animal un tanto especial en cuanto a su forma de relacionarse con los de su especie. No es exactamente un animal «de manada» como las ballenas o los búfalos. Tampoco se puede decir que sea un animal solitario, ya que se nos hace imposible ser plenamente humanos sin relacionarnos con otros de nuestra especie.
Yo diria que los humanos somos animales sociales más que animales «de manada». Ahora bien, tan problemático es vivir siempre en solitario como no saber distinguir lo que es convivir en sociedad de lo que es vivir (y pensar) «en manada».
Hola Anna, me gusta leerte, y ultimamente por falta de tiempo no he podido. Pero el fin de semana es diferente:) Gracias por visitar mi espacio, un abrazo y este articulo me lleva a pensar que tambien a veces estamos en grupos pero nos sentimos solos al mismo tiempo. Esta ballena se siente sola, y si estuviese en un grupo no se sentiria asi. Sin embargo, nosotros humanos somos diferentes, a causa del ego. Te mando un fuerte abrazo, amiga!
¡Hermoso! … 🙂
Saludos desde Ecuador.
Muy triste y muy cierto.
Es una historia magnífica 🙂
Tuve el privilegio hace ya unos años de ver en vivo estos seres maravillosos en Puerto Piramedes ( Argentina ) y me quede anonadado de su presencia no solo fisica si no energentica, y me parecio que tenemos mucho que aprender de ellas, y a la vez una gran deuda. Gracias.
Ah, que suerte! Supongo que es una experiencia que llevarás contigo presente el resto de tu vida.
Un rato de soledad buscada siempre es de agradecer, pero la impuestas, la que se sufre sin buscarla es algo para lo que no estamos preparados. Bonito relato Anna, saludos.
Me ha encantado! Gracias por esta reflexión!!!
Pingback: La ballena más sola del mundo | Estoy como una maraca
Me gusto mucho su historia corta. Soledad para seres gregarios es una tortura. Gracias Anna! 🙂
Que triste. La verdad que esta historia me ha impactado…el Oceano es muy frio…
Anna, lei tu historia a mi esposo y el se conmovio; yo llore pensando en tu ballena solita en la inmensidad del mar.
Me gusta por que el ser humano es por naturaleza formado socialmente.
Muy cierto Anna .