«Trata a los demás como tu quieres que te traten a ti.»

Margarita

– otro decir de mi difunta abuela…

y la diferencia, con solo un pequeño gesto, es asombroso!

Si el primer contacto con una persona desconocida la inicias con una amplia sonrisa y una mirada a los ojos tienes todas las posibilidades de pasar el día entre sonrisas.

Por desgracia hay personas que son demasiado infelices para percibir e interiorizar una sonrisa de otra persona… pero en vez de sentirte ofendido o incomprendido por un trato injusto piensa en que, a lo mejor, has podido dejar una huella que ilumina su corazón por la noche…

Conscientemente he utilizado una sonrisa – para mi casi exagerada – al entrar en sitios donde sé que lo que voy a pedir es algo espacial, un poco fuera de lo habitual, exigiendo un poco más de atención o trabajo (ahora mismo tengo en mente la imprenta) y además me he mentalizado en la puerta para intentar a transmitir esa energía positiva a través de mi mirada y postura corporal que hará la diferencia entre un resoplo profundo negando con la cabeza y un interés por hacer algo nuevo y distinto que puede hacer este día tan interesante.

La verdad es que si te rodeas de sonrisas te sientes más feliz – ¡eres más feliz!

El sexto lunes de mindfulness – con nuestro cuerpo

Postura1

Una de las herramientas más útiles cuando se trata de conectar con el presente es sin duda nuestro cuerpo. Generalmente solo somos conscientes de, por ejemplo, la rodilla o el oído cuando duele y arriesgamos a no notar el impacto que puede tener el entorno, en forma de por ejemplo estrés o comida, en nuestro físico a tiempo.

Fíjate en tu postura actual sin modificar nada. Si estas sentado observa que partes tocan la mesa, la silla y el suelo. Siente si hay tensiones y donde. Varias veces al día, cuando te sientas a comer, a leer, conducir o descansar, toma conciencia de tu postura

Presta atención a tus rodillas, el ombligo, tus muñecas, un dedo, el cuello, los ojos, tu cabeza…     ¿Sabes cuanto pesa tu cabeza?

Posibilidades de Cabeza

Hay un montón de ejercicios y suplementos dietéticos para desarrollar músculos más grandes y huesos más fuertes pero ¿se puede entrenar y aumentar el tamaño de nuestro cerebro? Científicos de la Universidad de California acaban de demostrar que sí es posible recurriendo a la meditación.
Han demostrado que las personas que llevan varios años meditando tienen ciertas regiones del cerebro más grandes – en concreto las zonas que regulan las emociones. Tienen una habilidad especial para cultivar emociones positivas y mantener estabilidad emocional. Incluso existen diferencias en la anatomía del cerebro que explican estas habilidades.

Lo que aún no está claro es si en las zonas con aumento de tamaño existe un mayor número de neuronas o las neuronas son más grandes…

Hmmm… para meditárselo…

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