El prestar atención a los pequeños detalles y momentos ayuda a manejar las cuestiones grandes.

Hace algunos años pasaba por una época con la sensación de no vivir mi vida. Me sentía totalmente vacía a pesar de tenerlo todo. 

Vivía un sueño; tenía amor, casa, niños, jardín, trabajo,… y aún así me levantaba cada mañana deseando estar en otro lugar, en otro tiempo, en otro cuerpo.

Me pesaba el mañana y el ayer, la comida y la ropa, la cabeza, y los pies, las guerras y el cambio climático. Me ahogaba. Me paralizaba.

Necesitaba cambiar mi día a día – con o sin ayuda – para poder ser la persona, la madre y la compañera que quería ser. Tenía que cambiar mi actitud para no sentir el vértigo de perder los estribos…

A pesar de ser consciente de la importancia de la actitud en sí, el cambio no es nada fácil. Los pensamientos y las acciones son muy parecidos a los átomos y las moléculas (o iguales – al final somos parte del todo) – actúan por inercia buscando el camino y el movimiento que menos energía gasta.

Empecé a escribir. No fue el típico diario pero si escribía todos los días. Decidí ponerme horario y obligarme a escribir en el ordenador e incluso elegí el formato blog para sentir la «presión» de lectores – crear compromiso – y mi reto era escribir algo positivo todos los días. Podía ser una reflexión mía, un sueño, un dicho que me gustaba, una foto bonita, un cuento,… algo.

Esto me hizo cambiar el foco poco a poco y con el tiempo noté como me levantaba por la mañana buscando bonitos imágenes, cazando bellos momentos,… mirando con otros ojos…

Estuve dos años así – todos los días – hasta que llegó un día que sentí que ya… Ya! …y cerré la puerta a ese zyber-espacio que había creado. Ya no lo necesitaba más. Ya podía ver las noticias en la tele sin hundirme, podría considerar lo que podría hacer yo por el medio ambiente sin sentirme abatida por la sensación de impotencia paralizante.

Ya podía y quería seguí mi camino y aplicar esa energía creativa y ese tiempo en mirar hacía otro paisaje.

 

 

 

Cambio de Dirección

Si quieres seguir compartiendo conmigo pequeñas reflexiones sobre la vida – los mil y un pequeños detalles que hacen la vida tan grande – visita mi nueva dirección:

http://www.vidaanna.com

(Esta dirección queda anulada.)

nieve taza

Anna

«Ningún niño debería tener que…

… creer que el mundo está a punto de hundirse. Es nuestra responsabilidad mostrar lo contrario. Es nuestra responsabilidad mantener encendida la llama.»

Reflexión de Daniel Mendozaninos en cesped

Es nuestra responsabilidad no contaminar las pequeñas personas a nuestro alrededor con pensamientos catastróficos pero, a la vez, darles sabiduría para cuidar nuestra sociedad y nuestro planeta. Es nuestro deber fomentar el sentido de la responsabilidad y hacerles ver la importancia en cada acción – por pequeño que sea – para que no se paralicen por el sentimiento de impotencia. Es nuestra responsabilidad darles vista global pero con la mirada en su mundo directo. Es nuestra responsabilidad, como padres y adultos, que sigan viviendo con ganas e ilusión, pensando que siempre pueden confiar en lo bueno.

Reflexión mía…

… y la vuestra?

 

Echamos de menos a las Golondrinas

Simón bicho

Esta foto es del año pasado de la entrada de nuestra casa. Todos las primaveras llenan nuestro felpudo de barro y caca mientras que disfrutamos siguiendo su trabajo con arreglo del nido ya existente y la construcción de otras para poder alojar a todos los miembros de la familia a medida que va creciendo.

Este año no han vuelto y las echamos de menos.

La causa principal de la desaparición abrupta de más del 30 % de las golondrinas es el insecticida. Ahora la golondrina se considera especie en peligro de extinción.

Me queda la esperanza de volver a verlas el año que viene y mientras tanto convivimos con avispas y moscas pensando en ellas y confiando en que entre todos podemos crear cambio

Qi me cambió la vida

j 013

La sensación es que siempre he tenido migrañas pero me acuerdo perfectamente el primer ataque que tuve. Fue a los 13 años y había pasado la mañana en la cuadra de caballos de una vecina. Me empezó a doler la cabeza terriblemente pero lo que mas recuerdo es la distorsión de la vista – estaba segura que había visto un canguro en el prado – pero peor aún; en ese momento ni me chocaba que había un animal australiano comiendo hierba en una praderita en el sur de Suecia (!). Cuando llegué a casa mi madre pensó que me había caído del caballo dando me un golpe en la cabeza…

Desde entonces la migraña ha sido un constante presente en mi vida hasta hace un año.

Llegué a tener 3 – 4 ataques a la semana. Empecé tomando Imigran en comprimidos e inyecciones y pasando por distintos medicamentos acabé tomando Almogran, que me hizo buen efecto al principio y si lo tomaba a tiempo pero los efectos secundarios eran importantes: fatiga, taquicardia, me costaba respirar e incluso me provocaba más dolor de cabeza. Por supuesto esto afectaba mi vida mucho en todos los aspectos; social, laboral y …la felicidad.

Bueno, para hacer una historia larga corta: Un día (hace un año aproximadamente) un gran amigo me dio el contacto de «Qi – Espacio en Equilibrio» que es un Centro de Técnicas Holísticas: acupuntura, fitoterápia, kinesiología y mucho más (ver el link en «Sitios de Interés» a la derecha) y empecé a ver las cosas, en general, con otra luz.

Todos los médico que me habían visto hasta entonces por el tema del dolor de cabeza habían intentado poner remedio al síntoma pero en «Qi» buscaron, encontraron y trataron la causa y… mi vida cambió…

¡¡¡Ahora sí que es bella!!!