Una de las herramientas más útiles cuando se trata de conectar con el presente es sin duda nuestro cuerpo. Generalmente solo somos conscientes de, por ejemplo, la rodilla o el oído cuando duele y arriesgamos a no notar el impacto que puede tener el entorno, en forma de por ejemplo estrés o comida, en nuestro físico a tiempo.
Fíjate en tu postura actual sin modificar nada. Si estas sentado observa que partes tocan la mesa, la silla y el suelo. Siente si hay tensiones y donde. Varias veces al día, cuando te sientas a comer, a leer, conducir o descansar, toma conciencia de tu postura.
Presta atención a tus rodillas, el ombligo, tus muñecas, un dedo, el cuello, los ojos, tu cabeza… ¿Sabes cuanto pesa tu cabeza?