Mindfulness (16) – un premio

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Llevo varios meses escribiendo sobre Mindfulness porque siento mucha necesidad de compartir mi experiencia.

Empecé, hace un año mas o menos, haciendo unos ejercicios que me inventaba porque me sentía injustamente infeliz – quiero decir que mi vida era realmente todo lo que siempre había soñado y aun así la melancolía y el típico bajón me dominaba. Los ejercicios consistían en todos los días agarrar un momento y realmente prestarlo atención – escribiendo, sintiendo, saboreando, hablando… (Yo, personalmente, me concentraba en momentos buenos ya que necesitaba dar más importancia a lo positivo para redirigir y ver nuevos caminos en cuanto a mi forma de pensar.)

Un día, escuchando la radio, alguien habló de Mindfulness y me dio un nombre y un «método» a lo que yo practicaba por mi cuenta y me hizo creer todavía más en el poder de vivir la vida sintiendo la felicidad simplemente tomando la decisión.

No fue fácil pero sencillo. Me cambió el día a día. Cambió mi forma de pensar y mi forma de dar mas o menos prioridad e importancia a las cosas. De saber dejar volar un pensamiento que antes se perdía dando vueltas en mi cabeza haciendo mas daño que bien.

Muchas veces necesitamos una mano que nos guía para dar el primer paso y me gustaría estrechar esa mano a la persona quien lo necesite. Por muy pequeño que sea ese paso si es en la dirección correcta la misma atracción de la luz atrae tan fuerte que la inercia te lleva. La recompensa es muy grande.