el mayor regalo

Yo crecí en el campo con muy pocos niños a mi alrededor. Pasaba el día (bastante) sola en el medio de la (casi) nada pero no recuerdo sentirme sola jamás – no recuerdo sentirme aburrida nunca…

Verntana1

Pasaba el día en mi cuarto dibujando, cortando, pegando,… o en el taller de mi padre serrando, clavando, pintando,… o el bosque cavando, construyendo, descubriendo,…

Mi creatividad no veía obstáculos.

Mi imaginación no tenía límites.

El mayor regalo que me hayan podido dar jamás, consciente o inconscientemente, fueron esos años en mi infancia en los que el tiempo y el espacio era mío – esos años me dieron herramientas que siempre llevo conmigo…

Regálales a tus hijos tiempo para ser Creativos

Ser creativo es mucho más que pintar y hacer manualidades – yo creo que es, sobre todo, buscar y encontrar soluciones. Soluciones en la vida en general; en la casa, en el trabajo, en relaciones,… Soluciones a rotos, a ocupación, a necesidades materiales, a organización, a soledad,…

La creatividad ayuda a siempre ver una puerta abierta.

La manera de regalar la virtud de la creatividad a nuestros hijos es justo lo contrario a los mil y un juguetes terminados y de la constante compañía y eterna actividad.

Darles herramientas para crear puede ser por ejemplo clavos martillo, plastelina, palos, piedras,… pero sobre todo tiempo.

Hoy en día está tan de moda el «slow life» para los adultos pero – ¿y para los niños?

Regálales tiempo para «aburrirse» – para estar a solas. Regálales tiempo para necesitar crear.

Regálales tiempo para aprender a disfrutar de crear – de ser creativos – de encontrarse las puertas abiertas.

Regálales Ilusión

Llave castillo

Reflexión en tiempos de Navidad y meta en mi vida:

Enseñar a los niños, desde el primer día, el valor de las pequeñas cosas y la importancia de los pequeños detalles y el placer de dar tanto como el de recibir…

Hoy en día supone un esfuerzo por dar calidad en vez de cantidad pero pienso que valdrá la pena. Tenemos una oportunidad para dar a nuestros hijos un regalo infinitamente valioso que disfrutarán el resto de su vida – La Ilusión.

Dulce Diciembre

Fuego1Diciembre

A pesar de ser probablemente la sueca más friolera del mundo, diciembre es mi mes.

Con un tronco de encina dando calor en la chimenea, velas encendidas y los calcetines gordos de lana puestos bebo una taza de té calentito con miel y canela mientras anoto rimas para los regalos que tengo escondidos en el fondo de mi armario.

Me lleno de recuerdos de mi vida y de vidas anteriores a través de las tradiciones. Hecho mucho y muchos de menos pero intento llenar ese vacío con los pequeños detalles que, de alguna manera, mantienen presentes los detalles y las personas que no están pero deberían estar conmigo. Deseo traspasar esta sensación calurosa y, de cierto modo, mágica a mis hijos… este diciembre y siempre…

Guiñando un ojo a mi yo…

El Caribe 027

Por primera vez como madre me he ido de viaje – cruzando océano – sin mis hijos.

En hora temprana estuve observando gente y escuchando conversaciones intercambiando alguna mirada en silencio y de repente tuve la sensación de estar alejándome de mi identidad. Normalmente las personas a mi alrededor me ven con mis hijos y relacionan mi vida y mi rutina con ellos y siempre me siento muy cómoda y, de alguna manera, protegida en mi papel como madre y punto…  pero en ese instante – sola solo yo – ¿quién era en los ojos de los demás? ¿Quién quería  y podría ser?

La falta de mis pequeñas sombras de luz me dejó un vacío temporal dentro de mi pero a la vez me llenó de mi misma. Me hizo sentir ligera, libre… como de escapada de mi existencia, incógnita en mi propia vida.