Referente a lo que escribí ayer…

mano41

… quiero contar algo que me pasó la semana pasada:

Estuve en la embajada sueca para renovar mi pasaporte y aproveché para preguntar sobre los requisitos para que mis hijos puedan mantener su nacionalidad sueca en un futuro adulo. Me contaron que cuando tengan 18 a 21 años se hará un estudio sobre su relación con el país; si saben el idioma, si tienen familia allí, si han viajado frecuentemente a Suecia,… Entonces yo les pregunté si debía guardar ya billetes de avión para, en su día, poder comprobar que efectivamente han estado allí todos los años. Me miraron casi ofendidos… o sorprendidos: «No, lo único que necesitamos es tu palabra.»

Me sentí realmente estupida – como si diera por echo que iban a desconfiar, dudar de mi, aceptando que el mundo es así, aceptando que la palabra no vale… y lo tenía tan interiorizado que no me pareció rara mi pregunta…

Sin duda una rana en una cacerola con agua inicialmente fría… Quiero poder confiar.