Dulce Diciembre

Fuego1Diciembre

A pesar de ser probablemente la sueca más friolera del mundo, diciembre es mi mes.

Con un tronco de encina dando calor en la chimenea, velas encendidas y los calcetines gordos de lana puestos bebo una taza de té calentito con miel y canela mientras anoto rimas para los regalos que tengo escondidos en el fondo de mi armario.

Me lleno de recuerdos de mi vida y de vidas anteriores a través de las tradiciones. Hecho mucho y muchos de menos pero intento llenar ese vacío con los pequeños detalles que, de alguna manera, mantienen presentes los detalles y las personas que no están pero deberían estar conmigo. Deseo traspasar esta sensación calurosa y, de cierto modo, mágica a mis hijos… este diciembre y siempre…

Una instantánea de mis vacaciones…

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…y los sonidos que acompañan esta imagen son: el mar con las incansables olas, las vocecitas de los peques jugando cerca de mi en el jardín, Javier dando golpecitos con el pié absorbido por su libro de verano, el zumbido de un abejorro bien gordito, el viento suave que hace cambiar las sobras bajo el árbol continuamente…

Intento registrar cada detalle de este momento guardándolo en mi baúl de recuerdos buenos que abro cuando no brilla el sol como hoy.