…a pesar de la migraña…

Las últimas semanas han pesado mucho – mi dolor de cabeza ha sido un contante acompañante día y noche y eso me nubla la vista y deshace mi paciencia. Busco entre las herramientas que he aprendido a manejar para no perder las riendas… Me concentro en siempre ver esos pequeños detalles que brillan y cuando puedo salgo a cazar – cazo imágenes y momentos que dan energía positiva y, aunque sea muy poquito a poquito, cada gota es importante para alguien con sed.

Una de las mejores formas de combatir estrés, físico o emocional, es estar en la naturaleza; pasear prestando atención a los sonidos, los colores, los olores…

Estas fechas son perfectas para dejar que el campo distraiga un rato. Mindfulness con sentido! Hecha las tijeras al bolsillo y, durante el paseo, coge pequeñas muestras de otoño en distintos tonos y texturas para hacer un adorno de adviento único – una corona o un ramo al colgar en la ventana o en la puerta…o, a lo mejor, para hacer un bonito centro de mesa.

Este pequeño “ejercicio” es una gran fuente de bienestar – primero porque hay que fijarse bien en el entorno durante el paseo y tiene la mente ocupada, segundo por crear algo bonito con las manos prestando atención a la estética… y luego verlo y compartirlo con los demás!

 

Qi me cambió la vida

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La sensación es que siempre he tenido migrañas pero me acuerdo perfectamente el primer ataque que tuve. Fue a los 13 años y había pasado la mañana en la cuadra de caballos de una vecina. Me empezó a doler la cabeza terriblemente pero lo que mas recuerdo es la distorsión de la vista – estaba segura que había visto un canguro en el prado – pero peor aún; en ese momento ni me chocaba que había un animal australiano comiendo hierba en una praderita en el sur de Suecia (!). Cuando llegué a casa mi madre pensó que me había caído del caballo dando me un golpe en la cabeza…

Desde entonces la migraña ha sido un constante presente en mi vida hasta hace un año.

Llegué a tener 3 – 4 ataques a la semana. Empecé tomando Imigran en comprimidos e inyecciones y pasando por distintos medicamentos acabé tomando Almogran, que me hizo buen efecto al principio y si lo tomaba a tiempo pero los efectos secundarios eran importantes: fatiga, taquicardia, me costaba respirar e incluso me provocaba más dolor de cabeza. Por supuesto esto afectaba mi vida mucho en todos los aspectos; social, laboral y …la felicidad.

Bueno, para hacer una historia larga corta: Un día (hace un año aproximadamente) un gran amigo me dio el contacto de «Qi – Espacio en Equilibrio» que es un Centro de Técnicas Holísticas: acupuntura, fitoterápia, kinesiología y mucho más (ver el link en «Sitios de Interés» a la derecha) y empecé a ver las cosas, en general, con otra luz.

Todos los médico que me habían visto hasta entonces por el tema del dolor de cabeza habían intentado poner remedio al síntoma pero en «Qi» buscaron, encontraron y trataron la causa y… mi vida cambió…

¡¡¡Ahora sí que es bella!!!