En cada creación un poquito de mi…

Viernes otra vez…

Al final no he pasado tantas horas esta semana en el taller como tenía pensado porque tardé más de lo que había imaginado con la última miniatura de acuarela y me cuesta mucho dejar un trabajo a medias… pero los pendientes “flying” han volado.

Mi taller es muy pequeño y por lo tanto muy acogedor – sobre todo días de lluvia. La madera absorbe muchos ruidos típicos de taller y aporta una luz cálida. Siempre bajo allí con una taza de café bien calentito con canela y me pierdo en el tiempo creando – pensando solo con las manos.

(De hecho pongo la alarma a la hora de recoger los niños en el cole para no llegar tarde.)

Nunca tengo varias joyas marchando a la vez – en cada creación pongo toda mi atención desde el principio hasta el final. En cada pieza hay una pizca de mi y deseo que la persona que la lleva puesta perciba mi ilusión.

nuevo amuleto en la tienda

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De nuevo he encontrado un antiguo reloj de pulsera «sin tiempo» y he puesto una mini-acuarela original dentro.

Dos grullas con fondo de cielo primaveral.

 

 

 

 

 

 

#vintage

Un regalo muy especial:

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Tradicionalmente, regalar grullas de papel se ha asociado con el hecho de querer desear salud, bienestar, felicidad y prosperidad. Se regalan, entre otros momentos, cuando nace un bebé, cuando una pareja se casa, cuando alguien está enfermo… o bien se pueden regalar a alguien que quieres o que es importante para ti.

 

“Si haces mil grullas de papel tu mayor deseo se hará realidad.”

leyenda japonesa

Soon…

Casi está listo mi primer «Trollkors» – «Cruz de Trol» – símbolo de la mitología nórdica que protege contra lo malvado  😉   Espero tenerlo en mi tienda online el lunes!

Cada colgante que hago es único y vive su propio proceso de creación:

Después de dar forma con martillo y alicates tengo que soldar el punto donde se cruza el material para dar solidez y luego toca escofinar para eliminar imperfecciones.

Estoy haciendo la cruz en dos tamaños – una más pequeña para llevar en cadena de plata y una más grande para colgar en cordón de cuero. En la pequeña taladro un agujero y luego lijo la pieza para que quede suave y sin «raspones» de la escofina.

Antes de pulir bien el colgante pongo el sello de plata 925.

Después de limpiar la cruz eliminando la pasta de pulir pongo una anilla que sueldo para no arriesgar que se abra y se pierda el colgante.

El último paso es el «baño blanco» – sumerjo la joya en agua caliente (mínimo 60ºC) con ácido cítrico para limpiar la plata oxidando la posible existencia de restos de otros materiales.   Baño – pulir- baño – pulir – baño – pulir… el proceso se repite las veces que sean necesarias….

…y ya esta!!!

😉