


Yo brindaré por el año 2014 que me ha dado tanto… en cuanto a posibilidades y oportunidades para hacer de cada momento y situación lo mejor que he sabido y podido.
Me despierto por la mañana y salgo a coger flores para prepara mi corona – y con eso estoy ocupada hasta la hora de comer. De menú hoy siempre se sirve arenque y patata nueva. Después subimos toda la familia a la colina más alta del pueblo para reunirnos con todos los vecinos de todas las edades. Llevo mi corona de flores que, para que no se estropease puse en agua antes de comer y ahora me moja la cabeza, la cara y los hombros con grandes gotas frías. A causa de que el tiempo sueco de verano es muy caprichoso es imprescindible llevar chubasquero, jersey de lana y spray antimosquitos. Juntos todos, y acompañados por música de violín en vivo y directo, vestimos la Cruz de Midsommar con hojas verdes y flores. Una vez listo bailamos, asamos carne y probamos las primeras fresas de la huerta con nata. Los que tenemos menos sueño nos quedamos toda la noche bailando en el pajar de al lado y los más valientes se tiran al lago antes de meterse en la cama con 7 flores distintas bajo la almohada para conseguir la suerte infinita en el amor.
Una gran pena que salí de casa ayer con la cámara casi sin batería pero seguramente hubiera sido imposible transmitir la sensación tan completa con una imágen…
A noche volví con los peques a casa – después de baile, juegos, encuentros y reencuentros, arenque y fresas – a la 23.00 y el momento ofreció un paseo realmente mágico. El campo bañaba en una luz rosada de la puesta del sol tan tan lenta y el silencio era delicadísimo; de media noche pero despierto… nitido…esperando…
Viví uno de esos momentos que te hace sentir tan viva, que te llena de orgullo por formar parte de este mundo y te despierta el deseo de vivir para siempre.