
A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto y de pronto toda nuestra vida se concentra en un sólo instante.
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Formar parte de todo – vida y muerte…
Paseo por el dulce noviembre lleno de brillo, intenso color y largas sombras. Infinitas diminutas gotas marcan cada línea que forman hojas, troncos, árboles,…
Esta mañana se ha muerto una persona cercana a mi y noto mis pasos tan frágiles…
Hipersensible. Desconcertada.
Me siento sola a pesar de estar rodeada de vida – como si estuviera en una burbuja observando desde fuera como todo sigue igual, como si no hubiera pasado nada, como si una vida no es más que un suspiro en el viento… una gota entre otros milles…
Por otro lado tengo la intensa sensación de formar parte de todo, de la vida que también es la muerte. Sin gotas no hay mar.
#peacefulness 1
El amanecer es largo hoy – a la luz le cuesta atravesar la manta de niebla, que cubre prados como una nube terrestre, para recuperar su espacio después de oscura noche de tormenta.
El día aguanta la respiración otro momento dando una oportunidad al campo para volver a encontrar su contorno – sus sombras y matices.
Espero a que se levante el telón y abro la puerta al otoño. Inspiro el olor tan típico de lluvia y tierra. Veo que las hojas de las moreras se han vuelto amarillas y los petirrojos han cambiado su canción.
Te invito a que, después de leer mis pequeños textos, intentes describir tu «este momento» de la misma forma, fijándote en colores, sonidos y olores. No hace falta escribir …simplemente sentir.
Acariciar la hierba del prado.
Ver el orgulloso color de la flor.
Beber el agua del riachuelo.
Escuchar el vuelo del abejorro.
Nombrar cada pájaro.
Tocar el tronco del árbol.
Sentir el calor del sol.
Dar la cara al viento.
Dejar la tierra respirar contigo.
Hay mil maneras de vivir la vida…
Soy un «cazaimágenes».
Me paso el día buscando imágenes; móviles, estáticas, con sonido, con olor,… Observo el equilibrio el color, la composición, la luz, el contraste, el calor…
Las instantáneas que encuentro me ayudan a estar presente en el momento. Me concentro en el aquí y ahora intentando grabar lo visible y lo invisible para guardarlo en mí y, aunque son imposibles de compartir, creo que llegan a formar parte de mi ser y se reflejan a mi alrededor si las llevo conmigo en forma de tranquilidad.
Me cuesta un poco explicarlo pero esta forma de estar me da paz en el ser.
Ser «cazaimágenes» me hace sentir más viva.
Me enriquece.
significa, para mi, toda mi vida.
Ni más ni menos – mi eternidad – es una dimensión que entiendo y que soporto.
No sé si viviré cincuenta años más o diez pero tengo
“todo el tiempo del mundo” para vivir mi vida.
Últimamente, por circunstancias de la vida, pienso mucho en como reaccionaría yo si me diagnosticaran una enfermedad que tuviera como única salida la muerte. Creo que entraría en pánico – dudo que sería tan fuerte , tan serena, inteligente y entera como otras muchas personas…
Las posibilidades de vivir más de 90 años dependen mucho de nuestros genes – nos condicionan en envejecimiento hasta en un 60%…
Las personas que, aparte de mantenerse activas físicamente, no dejan de tener proyectos e ilusiones tienen más probabilidades de sobrevivir a un infarto miocardio y , en general, envejecer mejor.
«Todo en él era viejo, salvo sus ojos; y éstos tenían el color mismo del mar…»
La soledad, la dura relación del hombre con la naturaleza, la afirmación del deseo de vivir a pesar de las frustraciones y desengaños, el sentimiento de muerte, la valentía física e intelectual… Son algunas de las circunstancias de la vida ante las cuales Hemingway expresa una profunda sensibilidad.
Es la historia de un viejo pescador a quien la suerte parece haber abandonado y el desafío mayor al que se enfrenta; la batalla despiadada y sin tregua con un pez gigantesco en las aguas del golfo. Fue escrito por encargo de la revista Life en 1952.
¡Es un pequeño libro gigante!
Un empresario pasó por el puerto a media tarde y se fijó en un pescador sentado en la pradera al lado disfrutando de la vista sobre el mar.
¿Por qué tantas veces tenemos que pasar por una situación difícil para darnos cuenta de lo bien que estábamos antes?
Los seres humanos tenemos una capacidad extraordinaria para adaptarnos. Cuando llega una desgracia, al final y aunque sea duro, nos acostumbramos y pasa lo mismo con la felicidad – «la adaptación hedónica«. Apenas miramos a la persona que tenemos a nuestro lado por la mañana, nos cansamos rápidamente del coche que compramos con tanta ilusión, nos ponemos el abrigo sin fijarnos en el forro tan suave que nos cautivó al comprarlo – ni siquiera pensamos en nuestro propio cuerpo sano hasta que duela o se queje de alguna forma…
La persona que logra frenar este proceso de adaptación hedónica y ser más conscientes de cada momento gozará de los pequeños instantes y experiencias sencillas – verá los detalles – se sentirá más feliz.
…que había perdido su hijo de 22 años, asesinado hace tres años:
«Claro que ha habido ocasiones en que sólo he querido morir pero… llegó un momento en que pensé: ya tendré tiempo de morir y estar muerto – al final estaré mucho mas tiempo muerto que vivo – así que tengo que aprovechar este tiempo que tengo de vida viviendo.»
Me sobrecogió su fuerza – me hizo sentir tan pequeña a su lado…
…por petición y por la importancia que creo que tiene el sentir que vives la vida de verdad.
Durante gran parte del día funcionamos con el autopiloto puesto, sobre todo mientras que hacemos las tareas de todos los días, y es muy fácil caer en una «inconsciencia crónica» corriendo el riesgo de simplemente estar y los días pasan, uno tras otro, sin que nos demos cuenta casi. ¿Cuántas veces al día nos dejamos llevar por pensamientos que realmente no controlamos?
El ejercicio de hoy es hacer una lista de las cosas que has hecho desde que te despertaste hasta ahora, una tras otra, y si realmente estabas presente, (es fácil pensar «Buf, que rollo. No tengo tiempo…si acaso luego…o esta noche»… pero no lleva tanto tiempo y merece la pena. Si ahora no es el momento busca otro… nada de estrés y sin estar presente 😉 ) por ejemplo:
Actividad – …y además…
Hacer la cama – planificar el día …ni siquiera me paré a mirar lo bonito que queda…
Vestirme – revisar el bolso del gimnasio, pendiente del hijo que se tiene que levantar ya
Desayunar – mirar el segundero del reloj, pensando en el tráfico que cogeré
Llevar los niños al cole – pensar en lo que voy a hacer después… …
Personalmente, haciendo este ejercicio me doy cuenta rápidamente de que, casi siempre, estoy mentalmente en el siguiente paso…en la siguiente actividad… ¡Tengo que mejorar eso!
Vivir la experiencia, tal y como se presenta, segundo tras segundo.
Nuestra poderosa «maquina de pensar e imaginar» muchas veces nos lleva a momentos distintos a los que vivimos. Además seguramente nuestra educación social y cierto automatismo nos empuja a siempre «judgar» las situaciones – a poner negativos o positivos – y tendemos a no disfrutar del todo cuando la vida nos sonríe o a rebelarnos cuando es difícil. Esto hace que a veces nos sentimos extraños en nuestra propia vida.
Hoy es el segundo de una serie de lunes que escribo y comparto ideas sobre mindfulness y el segundo pasito iluminando un camino, para el que quiera y lo considera necesitar, para sentirse dueño de su tiempo y plenamente vivo. Es un pequeño questionario, una herramienta, para reflexionar sobre como reaccionas normalmente en distintas situaciones cotidianas (no he querido poner escala de puntuación porque creo que es importante que lo mida cada uno según sus valores y metas):
Detente un momento y interioriza este momento: ¿Qué sientes? ¿Hay ruidos? ¿Cómo es la luz? ¿Cuál es tu postura?
Sentir y vivir el momento.
Somos parte de una sociedad que continuamente y velozmente dirige la atención al mañana o al pasado pero también nos ocupan la mente preguntas existenciales como: ¿Porqué estoy aquí? ¿La vida tiene sentido? ¿Después de esta vida qué hay?…
Mi «granito brillante» de este lunes son unas preguntas diferentes – un pequeño paso hacía mindfulness que puede cambiar la forma en que vives tu vida: ¿Cuándo empieza verdaderamente mi vida? ¿Cómo hacer para valorar realmente la vida a pesar de las circunstancias exteriores sobre las que no siempre ejerzo el control?
¿Qué es para ti Plena Conciencia? ¿Cuándo fue la última vez que viviste Plena Conciencia? Intenta llamar emocionalmente ese momento y repara un momento en la sensación…
«No tenemos sino instantes que vivir.»Jon Kabat -Zinn
Mindfulness es una cualidad de la mente o más bien la capacidad intrínseca de la mente de estar presente y consciente en un momento determinado. Es presencia y conciencia plena en el momento.
La experiencia de mindfulness se puede entrenar mediante meditación pero a mi me gusta la idea de pasarlo a la vida cotidiana – día a día – para poder vivir/sentir el 100% la vida.
Al principio cuesta un poco y tienes que pensarlo todo el rato: «¿Ahora qué hago? Estoy fregando un plato. Agua caliente. Espuma. El sonido del agua. Limpio……….» «Ahora me lavo los dientes. El sabor. El ruido. La manos………» «Estoy mirando mi hijo. La mirada. El tono de su voz. Como piensa. Como se mueve. La luz……….»
De repente te sale automático en una situación y la experiencia es muy satisfactoria – es como vivieras más intensamente.
Vivimos en una sociedad con mucho estrés – no solo por las mil cosas que hay que hacer y por las mil actividades en las que hay que participar sino también por la presión de las expectativas que recibimos; como eres como mujer, como madre, como te vistes, etc. El mindfulness es un ejercicio muy bueno para bajar el ritmo – no haciendo menos si no hacerlas viviendolas y no pensando en si lo haces bien o mal, en lo que vas a hacer después… Simplemente lo haces. La sensación es que no se te escapa el tiempo y el día y te hace sentir muy bien – te llena tu vida.